En este artículo quiero que hagamos un salto al pasado o en la historia de nuestro planeta. Hablamos sobre la teoría más sorprendente, interesante, lógica que tenemos; es una teoría que habla sobre el fenómeno por el cual las placas que formaban los continentes se desplazaron a lo largo de millones de años de la historia geológica de la Tierra.
“La teoría de la deriva de los continentes” fue lanzada en el año 1915 por el geofísico alemán Wegener (aunque ya emitió a esta hipótesis en el año 1620, Francois Bacon; en 1668 el francés padre Placet y en 1858 Antonio Sniber) quien confiesa haberse sorprendido al descubrir la concordancia de las costas atlánticas del continente americano y africano. Tal teoría se basa en una idea muy simple: los continentes hoy en día ocupan sitios diferentes del que ocuparon en el pasado, y se han desplazado por la superficie del planeta empujando entre sí cierta cantidad de materiales en forma de pliegues que han originado las cordilleras.
En 1915 Alfred Wegener publicó el libro “El origen de los continentes y los océanos” por lo que se le suele considerar como autor de esta teoría.
Al principio de todo, existía solo un bloque continental, un UR-Continent o “supercontinente”. A partir de la última parte de la época secundaria, en el Cretáceo, este bloque se habría fragmentado y los fragmentos habrían derivado los unos con respecto a otros, unos hacia el oeste, otros hacia el norte, acercándose al ecuador.
Más tarde a este continente único se le ha dado el nombre de Pangea. Poco después del inicio de la deriva se dividió en dos partes: una parte meridional en el hemisferio sur, que comprende América de Sur, África, la Antártida, La India y Australia y a las que llamamos Gondwana y una parte septentrional, en el hemisferio norte, que engloba América del Norte, Europa y Asia y designada bajo el nombre de Laurasia. Un inmenso océano, Panthalasa, ocupa el resto del globo terráqueo, y puede ser considerado como el antepasado del océano Pacífico. Un mar más cerrado, el Tethys, se convertirá más o menos en el Mediterráneo.
El rasgo más sorprendente del bloque continental original es la coalescencia de América del Sur, de África, de Madagascar, de la India y del continente antártico. La Antártida y Australia se van apartando ya desde el comienzo de las traslaciones. Australia hacia el este; al frente de la gigantesca armadía qué forma, se producen unos pliegues que constituirán las cordilleras orientales de esta isla. A continuación deriva hacia el norte, dejando atrás Tasmania y Nueva Zelanda y luego tropezará contra la región de las islas de la Sonda comprimiéndolas entre sí, lo que se convertirá en Nueva Guinea.
Ascendiendo hacia el norte, la India produce una intensa compresión del bloque eurasiático; de este modo nace el grandioso Himalaya. Y el arco alpino aparece como resultado de la compresión del bloque africano contra las escolleras septentrionales. Por último, derivando hacia el oeste, las Américas tropiezan con la rigidez del fondo del Pacífico; en su orilla occidental, surgen la cordillera de los Andes y las Montañas Rocosas.
Así presentaba la teoría. Se basaba en argumentos serios y atractivos, pero tenía en su contra un punto débil y difícil de superar, la imposibilidad de que los continentes hubiesen sido capaces de desplazarse a través de unas distancias que se cuentan en millares de Km.
Ha sido necesario un enorme esfuerzo realizado durante años, para mejorar el conocimiento del fondo de los océanos y poder lograr finalmente el hecho y fenómenos que diesen a la deriva de los continentes, nuevas cartas de nobleza.
Progresivamente se han formado equipos de trabajo que agrupaban a todos los especialistas de las Ciencias de la Tierra y, como fruto de sus trabajos, obtenían ya resultados mucho más completos.
Dejando de lado algunos problemas aún pendientes y algunas contradicciones todavía no explicadas y quizás solo aparentes, las ideas modernas sobre la deriva de los continentes forman un conjunto de tal coherencia que es imposible rechazarlo, y constituyen una de las teorías más bellas y más prometedoras de las ciencias en nuestro planeta.
Algunas pruebas de la deriva continental hablan a favor de esta teoría. En primer lugar, la coincidencia entre la forma de las costas de los continentes, especialmente entre Sudamérica y África. Las pruebas geológicas y paleoclimáticas también dicen que todos los continentes de hoy hace millones y millones de años estaban unidos. En las pruebas geológicas, Wegener descubrió la existencia que las cordilleras con la misma edad y misma clase de rocas en distintos continentes sin unir todos los continentes en Pangea.
Ha realizado las pruebas palioclimáticas, utilizando ciertas rocas como indicadores del clima en los que se originan, hizo el mapa del clima antiguo y concluyó que la distribución de estas rocas no estarían si los continentes siempre hubieran ocupado las posiciones actuales.
Por otra parte, sabemos que algunas especies botánicas y animales se encuentran en varios continentes. Es imposible que estas especies puedan ir de un continente a otro a través de los océanos, pero sí podían haberse dispersado fácilmente en el momento en que todas las tierras estaban unidas. Wegener también descubrió fósiles de las mismas especies en continentes alejados, este hecho confirma que hace millones y millones de años los continentes de hoy estaban unidos en un único continente.
Nosotros, los humanos hemos aparecido en nuestro planeta hace muy poco desde el punto de vista de la historia de la Tierra. Los humanos son bebes y estamos “en pañal” en comparación con otros seres vivos o algunos fenómenos producidos en periodos geológicos tempranos. Los estudios, investigaciones, pruebas nos proporcionan datos sorprendentes, que nos ayudan a entender muchas cosas que pasaban en nuestro planeta, la Tierra, hace millones y millones de años y descubren porque algunas cosas pasan en una y no de otra forma.
0 comentarios